El complot mediático o el teatro de una democracia amenazada

¡Entoces los pajaritos se pusieron de acuerdo para desconocer los resultados electorales el 3 de diciembre! ¡Vaya! No sorprende, pero no deja de preocupar. Los medios privados, como denuncia el Comando Miranda, desconocerían la victoria del presidente Chávez, creando una realidad mediática, virtual, peligrosa y traidora, incitando a la violencia y a que cualquier loco desde el exterior consiga -finalmente- el ansiado pretexto para meterle el guante a Venezuela, el país más rico del mundo. Tal es su mentalidad fascista en estos momentos.
¡Pero que traidores son estos animalitos de la oposición!
No es difícil imaginar lo que viene.

(1) Acelerarán la mentira de que Rosales aventaja a Chávez; crearán esa matriz de opinión con gran fuerza, arteramente, simulando respetar los límites de tiempo permitidos en pantalla para cada candidato, pero excediéndose a favor de Rosales (ya sabemos que Venevisión utiliza a diario 42 minutos de propaganda a favor de Rosales, según La Hojilla).
(2) Se invetarán cualquier eventualidad que haga las veces de detonante de un espectaculo que llamé la atención internacional. Un asesinato, un atentado, una "violación del estado de derecho".
(3) Una vez que los ojos de mundo estén sobre nuestro país, se manejará entonces la especie de que todo ocurre por la razón de que el presidente Chávez está asustado ante la derrota electoral, y arremete contra los "demócratas" para perpetuarse en el poder hasta el dosmilsiempre.
(4) Ya en el clímax aquelárrico fascista, darán su paso maestro: encadenados, con el apuballamiento que les facilita el ser los dueños de las principales plantas televisoras del país, desconocerán a Hugo Chávez Frías como el legítimo presidente de los venezolanos.

Todo el mundo sabe en que andan estos pajaritos del averno y, sin embargo, hay tanta libertad en este país que nadie va y les toca una pluma si no es través de procedimientos legítimos y regulares, lo cual juega a su favor, pues, como es sabido universalmente, la justicia -burocrática ella- tarda en aplicar.